¿ Quién ha dicho que el oficio de lector no es arriesgado ? Y es que, hay lectores y lectores. Nos referimos a los llamados scouts (ojeadores).
Trabajan a la sombra de los grandes sellos editoriales, y lo hacen desde los puntos más potentes de la geografía del libro: Londres, Nueva York y París, principalmente.
En un sector cada vez más complejo y acelerado, su función viene a ser como la de un asesor de bolsa, solo que extrapolado al negocio del libro. Son los primeros en detectar cualquier posible cambio en cuanto a la evolución del mercado a nivel internacional, y han de poseer la astucia y los recursos necesarios para manejar información privilegiada y saber adelantarse a la competencia.
Desde la conveniencia de invertir en una determinado manuscrito (a veces incluso cuando su autor apenas ha escrito unas cuantas páginas aún), hasta un cambio en la estrategia comercial de una editorial, nada queda al margen de sus pesquisas. De ahí que, en el artículo en el que me he basado para este post, los llamen los espías del mundo del libro. Fuente: El País.
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