Alguien con ganas de tentarme, y de hacerme dudar, - conociendo mi apego indiscutible por el libro impreso frente a los nuevos formatos electrónicos -, me ha hecho probar el lector de eBooks Reader 505, de Sony. Pues bien, después de haberlo manejado durante unos días, tengo que confesar que el lector me ha sorprendido gratamente. Y es verdad que, en algunas circunstancias y para ciertos casos, tiene sus ventajas.
La primera, su reducido tamaño: 175 x 122 x 8mm, prácticamente las dimensiones de un libro de bolsillo. Con un diseño ligero y atractivo, la pantalla es bastante amplia, y la visibilidad, excelente: realmente, parece como si estuvieras leyendo directamente del libro.
La técnica que utiliza es la llamada papel electrónico, un sistema especial de proyección de textos que no emite luz, proporcionando así una apariencia tan similar a la de la página escrita que, aparte de no dañar la visión del lector, no produce la incomodidad que, para muchos, supone leer desde la pantalla del ordenador.
Por medio de una conexión a Internet, es posible descargar y almacenar hasta 160 libros digitales, aproximadamente, en múltiples formatos; dispone además de dos ranuras para memoria externa. Si tenemos en cuenta que el precio de venta de un libro electrónico es muy inferior al del libro impreso, el ahorro que supone es considerable.
Como inconveniente: la escasa oferta de libros en español para descargar, ya que, de momento, parece ser que las editoriales aun no han comenzado a apostar fuerte por este formato. No ocurre así en USA, donde la web de Sony cuenta con una librería virtual en la que he podido comprobar que el fondo de autores y obras es extensísimo, éso sí, en inglés.
Sin embargo, son muchas las páginas que ofrecen en español la descarga gratuita de libros que ya están libres de derechos de autor por haber transcurrido el plazo exigido desde su publicación. De momento, será una buena manera de volver a acercarnos a los clásicos. En un futuro es previsible que la oferta se irá ampliando paulatinamente.
En fín, que he de reconocer que el resultado ha superado mis expectativas. Sobretodo, me ha llamado la atención comprobar algo que, parece obvio, pero a veces olvidamos: el libro es el soporte que hace perdurable el texto. Durante la lectura, a medida que nuestra mirada se desplaza de una línea a otra, la presencia del libro, como objeto físico, se hace menos evidente. Al finalizar la lectura, es cuando volvemos a tomar conciencia del espacio que acompaña al texto.
Esto me ha hecho recordar las palabras de Hubert Nyssen en "La sabiduría del editor" (libro del que hablo en otro post):
... Este es el doble y paradójico deber del libro... hacerse olvidar en tanto que objeto e imponerse en tanto que sujeto. Durante la lectura, hacerse olvidar, efectívamente, estar tan poco presente como para que no nos ocupemos ya de él, más de lo que en el cine nos interesamos por los proyectores que están en la cabina... Antes o tras la lectura, y al cerrarlo, el objeto libro vuelve al primer plano... El arte de la seducción con el de la discrección.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Categorías
- Autores (18)
- Bibliotecas (2)
- Editoriales (9)
- Enlaces (4)
- Juegos (4)
- Libro electrónico (6)
- Literatura (7)
- Microrrelatos (2)
- Miscelanea (4)
- Noticias (3)
- Novela gráfica (1)
- Opinión (7)
- Reseñas (27)
- Tecnología (1)
Archivo del blog
Sobre la autora
Soy periodista y bibliotecaria, vivo en Barcelona, y me apasiona el mundo de la literatura
Correo electrónico
anouka20@gmail.com
© Copyright del contenido y el diseño
1 comentario:
Je, je, tú también has picado con los de Tipos móviles, ¿eh?
Tengo ganas de que uno de éstos sea el definitivo. Para que a muchos se les acabe el chollo; pero, sobre todo, para extender esa sabiduría de Nyssen.
Un saludo.
Publicar un comentario