Con la publicación de su primera novela, Los amores de Nikolai —cuyo título original es La pequeña historia de los tractores en ucrainés— la autora inglesa de origen ucraniano, Marina Lewycka, consiguió el merecido reconocimiento de la crítica y de numerosos lectores. De hecho ya ha sido traducida a 27 idiomas y está a la espera de su versión cinematográfica.
Pero.... ¿qué tienen que ver los tractores con el amor? se preguntará el lector. Pues bien, la historia narra las peripecias y desatinos amorosos de Nikolai, un excéntrico viudo octogenario de origen ucrainés, asentado en Inglaterra que, repentinamente, decide casarse con Valentina, de 36 años, recién llegada de Ucrania. Las hijas de Nikolai, Vera y Nadezhda, enfrentadas entre sí desde la muerte de su madre, deciden intervenir y aunar esfuerzos para que la idea del matrimonio no siga adelante.
Y como trasfondo, el libro que está resuelto a escribir Nikolai —ingeniero aficionado a todo tipo de maquinaria industrial— sobre el origen y la evolución del tractor en su país. Una pequeña venganza personal contra el régimen soviético que, con la llegada del tractor, impuso a los campesinos ucranianos la colectivización de la tierra y el fin de la explotación privada, provocando, ante la oposición de aquellos, una terrible hambruna que acabó con miles de vidas humanas.
Entre la soledad, el peso de la vejez y la incomprensión por parte de sus hijas, Nikolai se aferra obstinadamente a dos ideas: su deseo de casarse con Valentina y su decisión de escribir su libro.
Sin embargo, a medida que avanza el relato, la trama se complica y lo que empieza siendo un problema familiar, contado con una buena dosis de humor
—un humor muy inglés, por cierto— cargado de diálogos hilarantes y episodios realmente divertidos, acaba convirtiéndose en una situación dramática y claustrofóbica que pone al descubierto otra historia: la terrible fractura emocional de toda una generación que hubo de luchar para sobrevivir a los campos de trabajo, la persecución política, la pobreza y la sinrazón; aquellos que lo consiguieron, prefirieron, no obstante, olvidar, construir un pasado a la medida de lo soportable, llenarlo de silencios.
Un espacio, el del silencio de los derrotados, que Marina Lewycka se esfuerza en recuperar y sacar a la luz en ésta su excelente opera prima. Y lo hace sin estridencias, sorteando sigilosamente el horror, y ayudándose, para ello, de una prosa ácida pero no exenta de ternura, que buscará la reconciliación y el entendimiento entre las dos hermanas —representantes, ambas, de aquellos que vivieron de primera mano la derrota y el desarraigo, y de las generaciones más jóvenes que apenas si han oído hablar de ello pero que, sin embargo, también han padecido en carne propia las secuelas de un oscuro pasado familiar.
Lewycka —hija de un matrimonio ucraniano y nacida en un campo de refugiados en Kiel, en la Alemania nazi— se inspiró en su propia vida para escribir la obra.
Acerca de la amarga experiencia en que se vio inmersa su familia, Lewycka explicaba: "Más que amargura, lo positivo de esta experiencia es que el espíritu humano sobrevive siempre, incluso pasando por experiencias tan terribles como las que vivió Europa en los años treinta y cuarenta."
2 comentarios:
Interesante y curiosísimo. Ese estrecho camino entre el humor, el drama y el horror es extremadamente difícil de atravesar.
Un saludo.
Gracias por tu artículo!
Es muy bueno el libro! Lo estoy leyendo :)
Las incursiones en la historia de Ucrania son... tremendamente reales... cuenta del Holodomor... y de Babyn jar... de la chica judía que Baba Nadia escondió en el gallinero quemado por algún antisemita... los Fremdarbeiter ucranianos...
La realidad del paraíso comunista (en lo que se queda corta) y su extrema ideologización (tía Schura), la maldad del nacional socialismo... El absoluto desastre que fue la II guerra en Europa central.
Lo difícil de la expatriación, que, sin embargo, fue llevada bien, por haber sido acogidos en un país que los recibió bien y respetó sus costumbres.
La difícil relación entre las dos hermanas está muy bien explicada!
Se nota que la autora es profesora de comunicación en una universidad británica :)
Entre paréntesis, me encanta Mike! Más hombres deberían ser como él!
Valentina es una figura tan típica entre las "nuevas eslavas".
Un saludo grande desde Alemania! y gracias, nuevamente, por tu recensión!
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